El fenómeno del cambio climático sigue generando consecuencias a nivel mundial. Tal es así que ya se confirmó al 2016 como el año más caluroso de la historia, ya que la temperatura entre los meses de enero a noviembre fue 1,69 grados centígrados superior al promedio.
“Hemos sido testigos de un largo período de un calor extraordinario que está destinado a convertirse en la norma”, explicó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas.
El problema de esta situación son los efectos: entre otras cosas, el calentamiento de la masa oceánica está provocando que se reduzcan los hielos del Ártico afectando a varios ecosistemas y dañando los hábitat de especies que podrían desaparecer pronto.
Sin embargo, este año la Argentina fue una excepción a lo que pasó en casi todo el mundo, por cuestiones de circulación de la atmósfera. Nuestro país, junto con otras zonas como Groenlandia o el este de Canadá, presentaron temperaturas inferiores a las normales. De hecho, no se prevé un verano más caluroso de lo habitual.
Vía: planetavivo.cienradios